viernes, 24 de julio de 2009

Italia: Cuneo y las Langas

Por fin llegamos a Italia. Después de tener que dar un gran rodeo para cruzar los Alpes al descubrir en el último momento que el Col de la Madelaine está cortado, llegamos a nuestro destino: Centallo, un pequeño pueblo a las afueras de Cuneo.




Cuneo como ciudad no tiene especial interés mas allá de poder comprar productos italianos como pastas frescas, setas porcini (boletus), parmesano, etc...El interés está en los alrededores , pistas de esqui, valles preciosos donde relajarse, y por supuesto, un monton de sitios donde probar la buenísima comida de la zona.
Empezando por Centallo, aqui podemos encontrar una joya de la gastronomía piemontesa: La Salhumeria Dho. Se trata de una charcutería propiedad de los Dho, Beppe y Bruna. Son la hostia, super majos, simpáticos, buena gente, y lo que nos interesa: ¡cocinan que te cagas! En la tienda venden embutidos que produce Beppe, y que tienen mucha fama en toda la región. Pero además también tienen algunos platos preparados como el vitello tonnato, muy tipico de la zona, que consiste en filtes finos de carne tipo rost beef, con una salsa a base de anchoas y atún, buenisimo, y mira que a mi las anchoas no me gustan. El resto de productos que venden son todos seleccionados por ellos mismos y puedes estar seguro que son todos de la máxima calidad: quesos, carnes, pastas, vinagres balsámicos...en fin, que se me hace la boca agua.



En un pueblecito muy cerca de Centallo, Castelletto Stura, está la Trattoria Roma, otro sitio que uno no puede perderse si le gusta comer. Es un sitio pequeño y familiar en el que Davide y Analisa, los dueños, os harán probar los mejores platos de la zona. Yo ya he salido empachado varias veces, ¡y espero volver pronto!


Ya un poco mas lejos, en el valle de Maira, a escasos metros del pueblo de Elva, encontramos la Azienda Agrituristica L'ARTESIN, una casa de turismo rural regentada por Lorenza. Es un paraje aislado en el que reina la tranquilidad, y desde el que podemos dar largos paseos y admirar la belleza de estas montañas. Y, como no, comer. Y comer bien! Lorenza nso preparará encantada platos típicos y sabrosos.



jueves, 2 de julio de 2009

La provenza francesa

Continuano nuestro viaje hacia Italia, decidimos hacer otra parada en Aviñón, para visitar la ciudad y dar una vuelta rápida por la Provenza.


Avignon es una ciudad preciosa, con una gran muralla que rodea la zona del caso, y un ambiente marcado por la importante actividad cultural que se desarrolla en la ciudad, sobre todo el teatro.

Reservamos un hotel en la afueras, un Etap. Son de la cadena Accord y son sencillos, pero limpios y baratos. Perfectos para viajes con el coche como el nuestro.

Después de dejar las cosas en el hotel y darnos una ducha, nos fuimos a cenar al centro. Después de un largo paseo, nos decidimos por fin por un restaurante árabe que tenía muy buena pinta, y efectivamente, comimos un muy buen cuscus.

Al día siguiente nos levantamso pronto, ya que teníamos un largo día por delante: queríamos visitar un par de pueblos de la provenza (Roussillon y Gordes) antes de llegar a nuestro destino en Italia.

Roussillon es un pueblecito caracterizado por su color rojizo. Dicho color viene de una cantera de ocre próxima al pueblo.



Se puede visitar la mina de ocre, que deja un paisaje espectacular.


La visita al pueblo también es agradable, pero resulta un poco incomoda por la cantidad de gente que hay. Total que tras un breve paseo por las calles del pueblo nos vamos hacia Gordes.


Gordes es otro pequeño pueblo precioso, peroe sta vez caracterizado por sus casas de piedra blanca. La vista desde la carretera por la que se llega al pueblo es espectacular, y nos encontramos con multitud de coches que intentan parar en la estrecha calzada para hacer la foto típica del pueblo. Pues nosotros no vamos a ser menos...


Ya en el pueblo un más de lo mismo: la cantidad de gente que lo visita es impresionante. Si queréis un consejo, no visitéis estos pueblos en fin de semana, y menos en semana santa.