lunes, 19 de octubre de 2009

Valle de Hecho, Ansó y Selva de Oza.

Nos apetecía montaña, y nos decidimos por el valle de Hecho, sin duda uno de los más bonitos del pirineo aragonés. Acampamos en el camping de Hecho, que no está mal, pero luego vimos el de La Borda Bisaltico y la verdad es que la próxima vez seguro que vamos. Está más arriba, ya camino de Selva de Oza, apartado de la carretera, y el entorno es precioso. Tal vez no llega al mítico camping de Selva de Oza, pero no tenía nada de mala pinta.

Al menos el de Hecho tiene la ventaja de estar cerca del pueblo, y como a mi me encanta este pueblo, pues perfecto.




Si no lo conocéis, de verdad vale la pena darse una vuelta por las calles de este pueblecito.




Aunque este es el que más me gusta, por la zona hay otros pueblos también muy bonitos, como Ansó, Siresa, o Aragüés del Puerto.















La última vez que vinimos por esta zona estuvo lloviendo bastante por lo que estuvimos mas tiempo en el coche y en los pueblos que otra cosa, asi que esta vez nos apetecía mas ir a pasear, asi que nada, nos compramos pan, queso y embutidos para el picnic, y nos fuimos para Selva de Oza.



Dejamos el coche en bar que hay donde el antiguo camping y nos echamos a andar. Al principio por el camino que atraviesa el bosque de hayas, abetos y pinos.







Ya mas arriba decidimos hacer la excursión del Ibón de Acherito. No es muy larga, aunque si que tiene bastante desnivel. En algún momento se nos hizo un poco cuesta arriba (nunca mejor dicho), pero el paisaje que ibamos descubriendo nos animaba a seguir. Al final llegamso sin problemas. Comimos y nos fuimos casi enseguida porque se nos hizo un poco tarde, la verdad.



Bajando nos cruzamos con una mujer que se había torzido el tobillo y estaba con su marido esperando que la fueran a buscar y ya mas abajo vimos el helicóptero que iba a por ellos. Yo pensaba que no podrían recogerles donde estaban porque había bastante pendiente y era dificil acercarse sin dar con la hélice en el suelo, pero lo consiguieron. Esta bién saber que hay gente preparada que nos ayudara si tenemos cualquier problema!






viernes, 24 de julio de 2009

Italia: Cuneo y las Langas

Por fin llegamos a Italia. Después de tener que dar un gran rodeo para cruzar los Alpes al descubrir en el último momento que el Col de la Madelaine está cortado, llegamos a nuestro destino: Centallo, un pequeño pueblo a las afueras de Cuneo.




Cuneo como ciudad no tiene especial interés mas allá de poder comprar productos italianos como pastas frescas, setas porcini (boletus), parmesano, etc...El interés está en los alrededores , pistas de esqui, valles preciosos donde relajarse, y por supuesto, un monton de sitios donde probar la buenísima comida de la zona.
Empezando por Centallo, aqui podemos encontrar una joya de la gastronomía piemontesa: La Salhumeria Dho. Se trata de una charcutería propiedad de los Dho, Beppe y Bruna. Son la hostia, super majos, simpáticos, buena gente, y lo que nos interesa: ¡cocinan que te cagas! En la tienda venden embutidos que produce Beppe, y que tienen mucha fama en toda la región. Pero además también tienen algunos platos preparados como el vitello tonnato, muy tipico de la zona, que consiste en filtes finos de carne tipo rost beef, con una salsa a base de anchoas y atún, buenisimo, y mira que a mi las anchoas no me gustan. El resto de productos que venden son todos seleccionados por ellos mismos y puedes estar seguro que son todos de la máxima calidad: quesos, carnes, pastas, vinagres balsámicos...en fin, que se me hace la boca agua.



En un pueblecito muy cerca de Centallo, Castelletto Stura, está la Trattoria Roma, otro sitio que uno no puede perderse si le gusta comer. Es un sitio pequeño y familiar en el que Davide y Analisa, los dueños, os harán probar los mejores platos de la zona. Yo ya he salido empachado varias veces, ¡y espero volver pronto!


Ya un poco mas lejos, en el valle de Maira, a escasos metros del pueblo de Elva, encontramos la Azienda Agrituristica L'ARTESIN, una casa de turismo rural regentada por Lorenza. Es un paraje aislado en el que reina la tranquilidad, y desde el que podemos dar largos paseos y admirar la belleza de estas montañas. Y, como no, comer. Y comer bien! Lorenza nso preparará encantada platos típicos y sabrosos.



jueves, 2 de julio de 2009

La provenza francesa

Continuano nuestro viaje hacia Italia, decidimos hacer otra parada en Aviñón, para visitar la ciudad y dar una vuelta rápida por la Provenza.


Avignon es una ciudad preciosa, con una gran muralla que rodea la zona del caso, y un ambiente marcado por la importante actividad cultural que se desarrolla en la ciudad, sobre todo el teatro.

Reservamos un hotel en la afueras, un Etap. Son de la cadena Accord y son sencillos, pero limpios y baratos. Perfectos para viajes con el coche como el nuestro.

Después de dejar las cosas en el hotel y darnos una ducha, nos fuimos a cenar al centro. Después de un largo paseo, nos decidimos por fin por un restaurante árabe que tenía muy buena pinta, y efectivamente, comimos un muy buen cuscus.

Al día siguiente nos levantamso pronto, ya que teníamos un largo día por delante: queríamos visitar un par de pueblos de la provenza (Roussillon y Gordes) antes de llegar a nuestro destino en Italia.

Roussillon es un pueblecito caracterizado por su color rojizo. Dicho color viene de una cantera de ocre próxima al pueblo.



Se puede visitar la mina de ocre, que deja un paisaje espectacular.


La visita al pueblo también es agradable, pero resulta un poco incomoda por la cantidad de gente que hay. Total que tras un breve paseo por las calles del pueblo nos vamos hacia Gordes.


Gordes es otro pequeño pueblo precioso, peroe sta vez caracterizado por sus casas de piedra blanca. La vista desde la carretera por la que se llega al pueblo es espectacular, y nos encontramos con multitud de coches que intentan parar en la estrecha calzada para hacer la foto típica del pueblo. Pues nosotros no vamos a ser menos...


Ya en el pueblo un más de lo mismo: la cantidad de gente que lo visita es impresionante. Si queréis un consejo, no visitéis estos pueblos en fin de semana, y menos en semana santa.





martes, 5 de mayo de 2009

La Costa Brava

De camino a Italia, decidimos hacer una primera parada en Roses, y visitar el Cap de Creus al día siguiente. Llegamos por la noche al hotel de Roses y vamos directamente a la cama, mañana será un día largo.

Efectivamente, tras levantarnos muy pronto y ponernos hasta arriba en el buffet del hotel, nos vamos a dar una vuelta por Roses. Hace un día buenísimo, y la imagen de la playa soleada con los pirineos nevados al fondo resulta curiosa.


Después del breve paseo nos metemos en el coche y salimos hacia Cadaqués. La carretera es estrecha y llena de curvas, pero preciosa. Es el paisaje característico del parque natural del Cap de Creus, y con el mar al fondo...nos encantó. Atrás podemos ver Roses, y delante Cadaqués.

Ya en Cadaqués, nos costó un poco aparcar, y tuvimos que acabar haciendolo en el parking de la entrada del pueblo.
Cadaqués es un pueblecito precioso, calles estrechas con casitas blancas...y el mar...la hostia. Me quedo con la idea de que tengo que volver con más tiempo para poder hacer alguna inmersión por aqui, seguro que merece la pena.

Pero como no tenemos mucho tiempo (hay que llegar a dormir a Avignon), cogemos el coche y seguimos hacia Port Lligat. Es una pequeña cala de pescadores perteneciente a Cadaqués y famosa porque ahí está la casa de Dalí, abierta ahora para visitar. Como no hemos llamado tenemos mil personas delante, asi que decidimos no entrar para no perder tiempo y la vemos solo por fuera.


Seguimos nuestro camino hacia Port de la Selva. Encontramos un pueblo más grande, con una playa larga y de arena. También tiene un puerto de pesca y se respira mas un aire de pueblo de pescadores.

Tras un paseito por el pueblo nos vamos hacia el Monasterio de San Pere de Rodes. Hay que coger una carretera estrecha y empinada, desde la que se ven unas vistas preciosas de Port de la Selva.







miércoles, 7 de enero de 2009

Estados Unidos Septiembre 2008 - Costa Este

Después de pasar una semana en Nueva York, pillamos un coche de alquiler (por supuesto un enorme coche automático) y empezamos nuestros viaje "on the road". Teníamos planificados algunos sitios que queríamos visitar, pero sin nada programado: iríamos haciendo las reservas de hoteles sobre la marcha.



Nos dirigimos hacia el norte, y nuestra primera parada fué en Hartford, la capital de Connecticut.



Se trata de una ciudad muy verde, llena de parques muy bien cuidades y superpoblados de ardillas.


Después de comer y visitar el capitolio (bonito edificio que alberga el senado de Connecticut) nos dirigimos hacia Rhode Island, concretamente hacia Wickford, donde habíamos reservado un hotel esa misma mañana.





Precioso pueblecito turístico en la costa de Rohode Island. Por la época del año estaba casi vacío, pero mereció la pena visitarlo. Además el camino para llegar es precioso.